Para poder transmitir el VIH de una persona a otra se necesita de una persona con este virus, una cantidad de virus suficiente y una persona sana con una puerta de entrada (vagina, ano, boca, herida, etc).

Las vías de transmisión son:

  • Vía sanguínea: el compartir objetos punzantes como jeringuillas, agujas, cepillo de dientes, o cortantes como maquinillas de afeitar que hayan estado en contacto con la sangre infectada. También por el intercambio de instrumentos para perforaciones (piercing, tatuajes, acupuntura,..). Por heridas, el riesgo de transmisión es remoto. Si cae sangre (u otro fluido infectante) sobre piel que está intacta, o sobre una herida cicatrizada o superficial como un padrastro, no hay riesgo de transmisión, incluso tratándose de heridas abiertas, la probabilidad de transmisión es muy remota.
  • Vía madre-hijo (no hereditario): Embarazo: el VIH es capaz de atravesar la placenta e infectar al feto. Por otro lado, los anticuerpos contra el VIH también pueden atravesar la placenta, de forma que se pueden encontrar en la sangre del recién nacido sin que éste esté infectado. Parto: el recién nacido puede infectarse al final de la gestación o en el parto. Lactancia: el VIH es capaz de excretarse a través de la leche e infectar al niño/a. Se desaconseja pues la lactancia materna si la madre es VIH+.
  • Vía sexual: En las relaciones sexuales con penetración anal, vaginal, u oral sin protección, el virus puede entrar en el organismo a través de las mucosas (revestimiento del interior de la boca, vagina, pene y recto). Durante las prácticas sexuales se pueden producir, pequeñas lesiones o heridas microscópicas en las mucosas de la vagina, pene o ano. A través de estas pequeñas aberturas, el virus puede pasar a la sangre. Cuanto mayor sea la lesión mayor será el riesgo de contraer la infección.

HAY QUE TENER EN CUENTA QUE…. El VIH no se transmite por lágrimas, sudor, tos, saliva, estornudos, oler la ropa de otra persona, compartir espacios (oficina, colegio, gimnasio…) u objetos de uso común en la vida escolar, laboral o social: cubiertos, vasos, alimentos, ropa, muebles, teléfonos, darse la mano, abrazarse o besarse, compartir duchas, lavabos, o W.C, picaduras de insectos o mordeduras de animales domésticos.

Y que la edad no nos previene de la transmisión, como mujeres mayores o jóvenes debemos tomar precauciones.

No existen «signos externos» que nos hagan saber si una persona está o no infectada por el VIH.

Hay personas seropositivas que desconocen su situación.

Tener una pareja estable no te protege del VIH. El virus puede vivir en el cuerpo de una persona 10 años o más sin que ésta lo sepa. Durante este tiempo nos pueden o podemos transmitir el VIH si realizamos prácticas de riesgo sin protección.

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